No nos olvidemos de los micronutrientes

La preocupación por los macronutrientes, como son las proteínas, los lípidos y los carbohidratos que nos aportan los distintos alimentos por lo general está presente en la conciencia colectiva. Sin embargo, los micronutrientes, entre los cuales se encuentran las vitaminas y elementos presentes en el cuerpo, suelen ser dejados de lado a la hora de planificar una dieta balanceada.

Todos corremos el riesgo de sufrir déficit de micronutrientes. Pero la OMS y los organismos de salud en general suelen centrar su atención y esfuerzos en niños y mujeres embarazadas, ya que en estas etapas el cuerpo demanda una mayor cantidad de vitaminas y minerales.

Por ejemplo, en 2016 se registró un 27% de prevalencia de anemia en mujeres embarazadas, un 15% en mujeres entre 15 y 49 años y un 20% en menores de 5 años. La OMS también estima que esta provoca un 20% de las muertes maternas.

Algunas consecuencias que pueden traer la falta de micronutrientes son algunos ejemplos de anemia. La más común es la anemia ferropénica, generada por la escasez de hierro en la dieta, muy importante para que el oxígeno se una a la hemoglobina y sea transportado al resto del cuerpo. También existe la anemia megaloblástica, asociada a la carencia de vitamina B12, micronutriente que ayuda a los glóbulos rojos a mantenerse sanos.

Un elemento importante a la hora de armar una dieta saludable es el cobre, el cual participa en la producción de hemoglobina y es crucial para el desarrollo y la conservación de los tejidos óseo, conectivo y vascular. Además, colabora a que el hierro sea absorbido en el organismo, evitando también enfermedades como la anemia.

Asimismo, encontramos el cinc, otra deficiencia común, sobre todo en países de bajos recursos, donde suele imperar el consumo de carbohidratos por sobre las proteínas. El cinc está asociado a la expresión de los genes, el desarrollo y la replicación celular, la producción de material genético, diferenciación celular y el metabolismo.

En el caso de las vitaminas, muy importantes para el cuerpo, también encontramos la vitamina A. Su déficit está asociado al deterioro de las córneas, siendo una de las principales causas de ceguera infantil.

Existen muchos factores para que haya un bajo consumo de micronutrientes, principalmente económicos que limitan el acceso a la compra de alimentos que los contengan. Sin embargo, existen estrategias como la suplementación, el enriquecimiento alimenticio y la biofortificación. Estas pueden aportar a una muy importante dieta equilibrada en micronutrientes y evitar las consecuencias que acarrea su déficit.