Durante muchos años, los diferentes tipos de vida celular, y, por lo tanto, toda su línea evolutiva, fue clasificada en dos grandes dominios: Eukaryota (o Eucarionte) y Prokaryota (o Procarionte).
La principal diferencia entre estos grupos era la presencia o ausencia, respectivamente, de organelos (estructuras membranosas, análogas a los órganos de un humano en una célula). Y entre ellos podemos destacar el núcleo celular, que alberga el material genético de la célula en cuestión.
Por este motivo, cualquier organismo unicelular sin la presencia de un núcleo u otros organelos celulares se consideraba procarionte. En otras palabras, el criterio utilizado era de acuerdo con su morfología (características físicas).
Gracias a la pionera investigación de Carl Woese y sus compañeros en la clasificación de los organismos durante los años ‘90s, se descubrió que, cuando se cambia el criterio de clasificación de las especies, hay algunos microorganismos que no entran ni en un dominio ni en el otro, llegando incluso a presentar características de ambos y algunas particularidades que solo tienen este grupo de células.
De ahí que se propusiera que los tipos de células existentes y sus respectivas líneas evolutivas debían catalogarse en tres grandes dominios y no en dos como se creía antes, quedando entonces los dominios Eukarya, Bacteria y Arquea.
Inicialmente se creía que las bacterias y estos nuevos organismos, actualmente denominados arqueas, eran de un mismo dominio debido a que ambos cabían dentro de la clasificación de Prokaryota bajo los criterios morfológicos característicos de este, como la falta de organelos celulares.
Sin embargo, el desarrollo de criterios basados en el análisis de la información genética demostró que algunas especies procariotas presentaban una mayor similitud genética con células eucariotas a pesar de que sus formas y características físicas se parecieran a las procariontes, como las bacterias.
Es más, luego de seguir investigándolas, se vio que no solo presentaban una mayor semejanza con el dominio Eucarionte -desde un punto de vista genético-, sino que diversos procesos bioquímicos propios de la célula también se parecían más a aquellos presentes en las especies Eucariontes que a los presentes en Procariontes.
Esto sugiere que estas especies no pertenecían ni a un dominio ni al otro, lo que lleva a la creación del nuevo dominio Arquea, siendo más cercano a los Eucariontes que a los Procariontes, según criterios genéticos y bioquímicos, lo cual se ve plasmado en el árbol de la vida propuesto por Woese y su equipo.
Imagen 1. Representación de los 3 dominios hecha por Woese y compañía, donde la rama de las Arqueas surge de la rama correspondiente a las Eukaryotas (Eucarya).
Además de presentar similitudes con los dominios Eucariota y Bacteria, los organismos pertenecientes al dominio Arquea tienen sus propias características genéticas, morfológicas y bioquímicas.
Los rasgos comunes que comparten todas las Arqueas y que las diferencian de los otros tipos de dominios, son, principalmente, la ausencia de peptidoglicano en su pared celular, la presencia de RNA polimerasas de estructura compleja, que muchas de estas sean consideradas organismos extremófilos y una de las más importantes: presentar diferencias químicas en sus membranas plasmáticas, como lípidos con un enlace éter en vez de un enlace éster o una distribución diferente de esta. Pero ¿qué indica esto último?
En palabras simples, cuando hablamos de “diferencias químicas en sus membranas” nos referimos a que la configuración química de una parte de la membrana (o podríamos decir de una parte de la piel) de las Arqueas es diferente a la que presentan los otros dos dominios, aun cuando la estructura fundamental de la membrana es igual para estos tres grupos.
Estas pequeñas diferencias pueden afectar las propiedades químicas de la membrana plasmática de las Arqueas permitiéndoles, por ejemplo, sobrevivir a altas temperaturas (en algunos casos superiores a 80°C) o resistir condiciones que células eucariotas o bacterias no sobrevivirían, entre otras cosas.
Pese a que el árbol de la vida planteado por Woese y compañía ya ha sido reemplazado, la clasificación de los dominios principales Eucariota, Bacteria y Arquea se sigue utilizando en la actualidad.
Sin embargo, como las Arqueas son un grupo de microorganismos relativamente nuevo, todavía se conoce muy poco sobre su biología, por lo que son un grupo de estudio muy interesante y prometedor tanto para los microbiólogos como para la comunidad científica en general.
Estudiante con interés en la divulgación de las ciencias a la comunidad.
Estudiante de biología con interés en la divulgación científica, partícipe de COMFUT y Tremendas STEM.