Biocontrol: Una herramienta natural para controlar plagas

La desenfrenada explotación de los recursos naturales y materias primas es una de las principales consecuencias que ha sufrido el mundo por el progresivo desarrollo de la sociedad desde el siglo XX.

Hoy vivimos una gran crisis medioambiental debido a este impacto negativo en la Tierra.

Sin embargo, varias entidades y organizaciones han surgido para influir y mover políticas públicas, medios de comunicación, empresas y otras áreas. Todo para implementar medidas basadas en la conciencia ecológica.

Grandes problemas requieren soluciones ingeniosas

Frente a este escenario, la industria alimentaria es una de las muchas áreas que ha buscado aumentar su producción evitando pérdidas a la par de producir la menor cantidad de efectos negativos en el medio ambiente.

Y por este motivo, tanto en la agricultura como la ganadería, se han introducido distintos tratamientos que destacan por ser sustentables y ecológicos en las últimas décadas. Entre estos se encuentra el “control biológico” o biocontrol.

¿Qué es?

Se define como la utilización de organismos biológicos para controlar y eliminar plagas agrícolas u otros organismos patógenos.

En otras palabras, el biocontrol es un procedimiento que emplea el uso insectos, bacterias, hongos y otros agentes biológicos para eliminar de manera natural organismos patógenos que producen enfermedades mortales en distintas especies vegetales o mamíferos.

Si bien este método se ha ejecutado a lo largo de toda la historia, durante el siglo XX fue desplazado por otros tratamientos que demostraron -en su momento- ser más eficaces, como los antibióticos y agroquímicos.

Sin embargo, el uso prolongado de estos productos químicos provoca que muchos patógenos generen resistencia a ellos, disminuyendo notoriamente su efectividad. Es por esta razón que el biocontrol se ha posicionado como una alternativa viable para el control de organismos dañinos.

¿Cuáles son las ventajas del biocontrol?

La popularidad que ha logrado se debe a que posee ventajas notorias en comparación a otros métodos mencionados.

1. Es inocuo en animales, plantas y humanos, lo que quiere decir que no causa efectos secundarios ni dañinos en otros organismos biológicos.

2. El organismo que se utiliza para eliminar al agente patógeno presenta una alta especificidad -especificidad huésped-hospedador.

3. El tratamiento es sostenible a mediano y largo plazo.

La aplicación del control biológico a lo largo de la historia

Como mencionamos anteriormente, el control biológico no es una ciencia nueva; es más, tiene su origen en las civilizaciones antiguas. Por ejemplo, se sabe que en el Antiguo Egipto las familias domesticaban gatos con el fin de controlar las plagas de roedores que amenazaban los cultivos y cosechas. También, que en China, durante el siglo III a.C., se utilizaban hormigas de la especie Oecophylla smaragdina para controlar lepidópteros -polillas- que infectaban cultivos de cítricos (Img. 1).

Imagen 1. Biocontrol de lepidópteros utilizando hormigas silvestres. En la imagen A se aprecia un lepidóptero depositando huevos -estado inicial de la infección- en una hoja. En la imagen B se observa a la especie Oecophylla smaragdina depredando a la especie patógena que se encuentra en el estadio de larva. .

Sin embargo, no fue hasta fines del siglo XIX -específicamente en 1888- que el biocontrol se consagró como tratamiento exitoso al introducirse en California la especie australiana Rodolia cardinales -comúnmente conocida como chinita- para combatir al pulgón blanco (Icerya purchasi). Cabe añadir que, en ese momento, era un gran problema para los agricultores, pues infectó millones de cultivos (Img. 2).

Imagen 2. Biocontrol del pulgón blanco utilizando chinitas. En la imagen A se observa una infección avanzada en un cultivo de cítricos, mientras que en la imagen B se aprecia la especie Rodolia cardinales eliminando a los pulgones.

Ya en la década de 1920, el biocontrol no solo se aplicaba para combatir plagas de insectos, sino también para controlar distintas enfermedades causadas por organismos como bacterias y hongos.

Es por ello por lo que, terminando los locos años 20, se empleó la administración de virus conocidos como bacteriófagos para combatir distintas enfermedades humanas -como el cólera, la peste bubónica, conjuntivitis e infecciones a la piel- causadas por bacterias patógenas, impidiendo su propagación.

Con el paso de los años y a mediados del siglo XX, ya se utilizaban compuestos que producen distintas especies bacterianas para prevenir la colonización de hongos fitopatógenos -como Botrytis cinerea- en especies frutales y plantas ornamentales.

El biocontrol en la industria avícola y agricultura

En la actualidad, dado el continuo aumento de organismos resistentes a los agroquímicos y antibióticos, el control biológico se ha vuelto a posicionar como una alternativa viable.

A partir de investigaciones que abordan el uso del biocontrol aplicado en la agricultura y ganadería con distintos organismos, microorganismos e insectos, los estudiosos trabajan en el diseño y desarrollo de un producto comercial eficaz y que no impacte negativamente en el ambiente.

Y a la fecha, se han introducido en el mercado de la agricultura distintos biofungicidas y bactericidas que contienen organismos biológicos como principio activo y actúan previniendo y controlando distintas infecciones en plantas.

Tal es el caso de SerenadeTM, un biofuncida-bactericida que contiene como principio activo la bacteria Bacillus subtilis QST713, la cual produce moléculas que inhiben el crecimiento de hongos y bacterias que infectan cultivos vegetales como el tomate, kiwi y las plantas ornamentales (Img. 3).

Imagen 3: Esquema de biocontrol bacteriano utilizando el producto SerenadeTM.

Y, por otro lado, el biofungicida Sonata, una formulación que contiene la bacteria Bacillus pumilus QST2808, ha mostrado ser efectivo con el control de enfermedades de hortalizas, frutas y granos.

Actualmente, la industria avícola también ha estado recurriendo con mayor frecuencia al biocontrol, utilizando virus para prevenir brotes de gastroenteritis en pollos y así eliminar a la población bacteriana patógena -Salmonella enteritidis- que la produce.

En este caso, lo que se hace es administrar vía oral en las aves dosis de cocktail de fagos líticos encapsulados en polímeros de azúcar para combatir prevenir la infección gastrointestinal.

En esta pequeña revisión nos queda claro que el biocontrol es una herramienta natural sumamente útil y se constituye como una de las opciones más viables para responder a los anhelos de una sociedad que busca incesantemente soluciones que generen el menor impacto negativas en nuestro planeta, que además sean sustentables y sostenibles en el tiempo.

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