Actualmente la ciencia de datos es un eje trascendental para la sociedad. Esto principalmente por la gran cantidad de dato que se generan segundo a segundo y la importancia de interpretarlos correctamente, lo que conlleva extraer de ellos información fidedigna que nos permita tomar decisiones basadas en esta.
Si bien años atrás la cantidad de datos con la que podía trabajar un científico o científica estaba limitada a los instrumentos disponibles, los avances tecnológicos han permitido análisis de grandes volúmenes de información, práctica que también es conocida como Big Data. Sin embargo, esto ha generado una nueva problemática: la poca capacidad de analizar tanto.
Para llegar a una solución se recurrió a la computación y la informática, áreas desde donde se obtuvieron los algoritmos de programación, basados en lenguajes de programación y fórmulas matemáticas. Estos tienen la capacidad de ordenar, parametrizar, relacionar y analizar grandes volúmenes de datos de manera rápida, eficiente y simultáneamente.
De esta forma, la ciencia mejoró su capacidad para crear modelos de la realidad más precisos que antes. Además, se facilitaron descubrimientos que sin esta herramienta hubieran sido casi imposibles de alcanzar, principalmente por los altos costos monetarios y el personal necesario para realizar el trabajo, que ahora puede ser manejado de manera óptima por computadoras. Algunos ejemplos de esto son la codificación genética de especies, modelación de átomos, moléculas y hasta del mismo universo.
Es importante mencionar que esta función no puede cumplirla cualquier computador, pues manejar volúmenes de datos tan grandes requiere de una gran cantidad de recursos que un aparato de uso diario no posee. Para el manejo del Big Data se suele usar supercomputadoras, las cuales son grandes servidores que se componen por uno o más computadores diseñados exclusivamente para esta función.
Hablando por la física, actualmente hay muchas áreas en las que se ve el aporte de la ciencia de datos en el desarrollo de experimentos y simulaciones a gran escala. Esto no solo nos permite ver el comportamiento de la realidad sincrónica o hacer predicciones de ciertos sucesos cercanos, sino también fenómenos que ocurrirán en varios millones de años, como el fin de nuestro Sol o el choque de galaxias.
Estos eventos son posibles de anticipar gracias al análisis de datos similares, que se obtienen de otras observaciones y finalmente se comparan para dar un pronóstico muy parecido a lo que pasará en la realidad. Esta herramienta también permite crear modelos muy precisos de
Con esto queda claro que la ciencia de datos ha logrado crear modelos para fenómenos que se escapan de la percepción que nos dan nuestros sentidos, como los que ocurren en intervalos de tiempo muy pequeños, a escalas microscópicas o velocidades demasiado rápidas, como es el caso de la mecánica cuántica.
También se ha logrado simular sucesos que ocurren fuera del alcance de nuestra capacidad visual en el universo, como la foto del agujero negro M87, imperceptible para nuestros ojos, pero interpretable gracias a los datos obtenidos por el algoritmo desarrollado por Katherine Bouman, consagrando así la ciencia de datos como un avance que llegó para quedarse por su gran aporte al mundo científico.